jueves, 24 de noviembre de 2011

Presentación entrega de premios 2011


El autor:
Inés Gorospe Tejero (Concejal de Cultura Ayto. El Boalo)

Su obra:
Presentación Clausura XI Certamen


Buenas tardes a todos y a todas.
En primer lugar quiero agradeceros vuestra asistencia a la entrega de premios de la undécima Edición del Certamen de Narrativa Corta "Carmen Martín Gaite". Una convocatoria surgida en 2001, entre otros motivos, por una razón enormemente triste, como fue la pérdida de Carmen Martín Gaite; pero que con los años, con el esfuerzo y la participación de las personas que, como vosotros, habéis asistido a este acto, se ha convertido no sólo en un motivo de alegría, sino en una forma de honrar su memoria.
En este agradecimiento me gustaría mencionar muy especialmente a Antonio y a Tomás, quienes con su esfuerzo mantienen esta iniciativa, gracias a la cual El Boalo es conocido para muchas personas de muchos rincones del mundo por albergar literatura. Lo que en un primer momento fue un certamen local, pensado para el disfrute y la participación de los vecinos y vecinas, se ha convertido con los años en una cita importante para los amantes de las palabras y para futuros escritores que, como probablemente le sucedería en su día a Carmen, sueñan con hacer aquello que más desean: escribir.
En esta edición han participado más de 1000 obras, más de 1000 creadores y creadoras  nos han contado sus historias y con los relatos cortos que han presentado, con el acto de generosidad que supone el dar a leer lo propio a alguien ajeno, recuerdan además a alguien que vivió por y para la escritura.
Esta convocatoria tiene una peculiaridad que me gusta especialmente y que creo que en este certamen se ha mantenido intacta a pesar del transcurrir de los años y es el hecho de que el concurso premia las obras y no a los autores. Es decir, se premian las palabras y lo que ellas nos sugieren y, con ello, se anima no sólo a la escritura, sino también a los lectores. ¿Porque qué sería de los libros sin ellos? ¿Y qué sería de nosotros sin literatura, sin palabras, sin memoria?
Otra cosa que me gusta del certamen es que lleva allá donde lo extiende el boca o boca, y sobre todo el arroba a arroba, el nombre, la figura y la obra de Martín Gaite, de esa mujer que ha dejado impregnadas las calles de nuestro pueblo con su poesía, sus personajes y sus anécdotas. Era una vecina que desde luego no vivía en el anonimato habitual y puede que, precisamente por ello, porque en el colegio estudiamos su obra y porque sabíamos de su relevancia y repercusión en la cultura española, la sentimos incluso más cercana de lo que, paradójicamente, sentimos al vecino de enfrente.
Podría enumerar algunos de los muchos méritos que constituyen su biografía. Mencionar por ejemplo que una jovencísima Carmen ya publicaba relatos cortos como los que hoy nos reúnen aquí, o que su etapa universitaria nos dejó excelente poesía. Cómo desde que era estudiante recibió numerosos premios por su esfuerzo y su dedicación, y posteriormente por sus obras siendo, y esto me gustaría destacarlo, la primera mujer en recibir el Premio Nacional de Literatura por El cuarto de atrás, en 1978. Un merecido galardón que desde luego no fue el único pero sí fue uno de los más significativos y es que suponía un reconocimiento pionero y excepcional hasta entonces como también lo eran el espíritu y la defensa que hacía de sus personajes femeninos, entendiendo la feminidad como forma de expresión, revindicándola y haciéndose eco de un feminismo que puede que, muchas veces, no se supiera entender. Puede que lo que no se viera entonces fuese el hecho de que Martín Gaite nos hablaba por primera vez, directamente a nosotras y lo hacía recurriendo a sentimientos, y a imaginarios que, aun pudiendo ser imposiciones culturales (como también lo es la masculinidad), al menos relataba con voz propia, desde el conocimiento y desde situaciones que nos son cercanas y, por ello, más propias y útiles en nuestro día a día.
Podría continuar citando que perteneció a la llamada generación del 55, que viajó, que investigó, que tradujo al castellano obras fundamentales de la literatura como las de Virginia Woolf, a la que parece que Carmen guiñaba el ojo cuando escribía El cuarto de atrás.  Era Woolf la que hablaba de ese cuarto propio que las escritoras no tenían y, sin el cual, no podían encontrar la calma ni la tranquilidad para escribir. Un cuarto propio del que afortunadamente Martín Gaite se apropió y gracias al cual alumbró obras cumbre de nuestra literatura como Nubosidad variable, Entre visillos, La reina de las nieves o Irse de casa.
Podría continuar citando títulos, escenas que he vivido como vosotros y vosotras a mi manera pasando las páginas de sus libros. Podría recordar cómo ella decía que prefería “lo cercano conocido a lo lejano por conocer” y así definía su amor por lo cotidiano, cotidianeidad que con su dominio del lenguaje convertía en un hecho tan excepcional y a la vez tan vacuo como es la vida misma.
Pero sobre todo, y sin alargarme más, querría por encima de todo destacar cómo Carmen Martín Gaite pasó más de cincuenta años dedicada a lo que más amaba, la escritura. Por ello el mejor homenaje que podemos hacerle hoy es leer, escribir, releer, contar y recontar historias, y así homenajear a la mujer incansable, erudita, luchadora, amable, curiosa, persuasiva, perspicaz, y genial que ella fue.
En este punto sólo me queda animar, una vez más, a la agrupación cultural que lleva su nombre a que continúe con su labor e instarles a que por favor nunca cesen en su empeño por ofrecernos oportunidades tan especiales como este certamen literario que hoy celebramos. Y digo celebramos porque la literatura es, como dicen, una fiesta a la que todos y todas estamos invitados. Muchas gracias por asistir.